Poco a poco se va viendo la recompensa del trabajo realizado. Aqui os dejo otra entrega del culebron del palacete.
Uno de los procesos mas laboriosos de la reforma del txoko, ha sido
la pintura. Para empezar el techo no me ofrece mucha confianza, y
teniendo en cuenta que he sido el artífice de la "mejora", no me fió de
que si lo pinto con rodillo, no caiga todo mi trabajo al suelo. Así que
decidí pintarlo con pistola.
Pintar con rodillo presiona la base
donde se pinta, y si esta base no esta bien sujeta, caerá. Así que,
curándome en salud, pintando con pistola no presionare el yeso y la
pasta que he dado en el techo, y correré menos peligro de que caiga al
suelo.

Nunca
he pintado con pistola, pero aunque parece fácil, tiene sus secretos.
Lo primero que necesitamos es un compresor, y ajustar la presión de
salida del aire comprimido al de trabajo de la pistola. Otro secreto es
el de la mezcla de la pintura. Hay que rebajarla con el disolvente
apropiado (en mi caso agua) hasta que tenga la consistencia adecuada.

Como
no dispongo de densímetro, uso el sistema a ojimetro, es decir, tiene
que tener la consistencia de la leche, ni muy aguado ni muy espeso. En
mi caso el ojimetro parece ser que no lo tengo muy bien calibrado,
porque la velocidad a la que esperaba pintar, no es ni mucho menos con
la que lo he hecho. Pero a base de darle manos, ha quedado muy aparente.
También
es importante tener una base buena donde pintar. por eso, después del
yeso es importante lijar la superficie donde se descubren fallos
(demasiados a decir verdad). Para eso tenemos el departamento de
acabados y control de calidad, que como vemos esta en plena faena.
Aprovecho
la ocasión de enseñar un truco para sujetar los cables, que incomodan
la labor de pintar, tapar etc... Con el tapón de una cerveza de apertura
fácil, se introduce en el agujero, sujetando el cable, y facilitando
la labor, sin necesidad de hacer agujeros para colocar clavos o
tornillos.

La
pared también esta pintada con pistola, ya que usándola es la única
forma de aprender como funciona. Intento hacer que la pared tenga dos
colores, con una transición entre ellos. La realidad es que ha quedado
tan sutil, que apenas se nota. También he pintado las esquinas con el
color del techo, que es mas oscuro, para dar sensacion de profundidad.
Con
la lampara encendida apenas se nota la diferencia de color. Pero he
descubierto que tiene una ventaja. La sombra que hace el filamento de
las bombillas, disimula muy bien los fallos de pintado, ya que crea un
"dibujo" que se confunde con las zonas mas oscuras donde se ha acumulado
mas pintura. La próxima vez seguro que queda mejor.

Y
ya he puesto el primer complemento de la estancia. Un reloj que hice
con una cazuela de barro estropeada, que ha quedado muy rustico y muy
apropiado para el ambiente del lugar.
La foto del interior de la
cazuela es la casa de juntas de Gernika, con el árbol (hoy ya difunto)
símbolo de las libertades del pueblo vasco.
Y esto es todo, por el momento. La labor continua, y la seguiré contando, según se vaya dando la oportunidad. Espero que os haya gustado.
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